Cómo Ejecutar un Plan Estratégico – Segunda Parte

by Alex Hart

Un plan bien ejecutado puede resultar en vitalidad y desarrollo para tu pequeña empresa

En la primera parte de esta serie, La Planificación es Fundamental para el Éxito de las Pequeñas Empresas, clarificamos que la planificación es fundamental para prosperar.  En esta segunda parte, nos dedicamos a cómo ejecutar un plan adecuadamente.

La ejecución de un plan suele ser un proceso agotador que puede resultar tanto en éxito como en fracaso para una empresa.  El primer paso que hay que tomar para evitar el fracaso es establecer un plan sólido, pero eso no es más que el principio de un largo proceso.  Las empresas que enfrentan la difícil labor de ejecutar un plan desarrollado de antemano deben reconocer que su éxito o fracaso será en parte determinado por su habilidad de implementar una ejecución inteligente, incorporando estrategias como las que describimos a continuación.

Estrategias para asegurar una fase de ejecución fructífera

Organiza bien la infraestructura

Una ejecución fructífera requiere que los propietarios establezcan una infraestructura con sus debidos controles y contrapesos.  Hay que organizar reuniones con regularidad, y utilizar estos espacios para establecer “micro-objetivos” y estrategias, para explorar y resolver problemas, para evaluar la producción, y para determinar si el plan inicial va transcurriendo como previsto.

Hay veces que las empresas no logran ejecutar su plan con fidelidad, porque desconocen o no consiguen identificar problemas potenciales que habrían sido fáciles de detectar si se hubiera tomado más tiempo para evaluar el rendimiento de la empresa.  COn una infraestructura organizada, las empresas tendrán mayor facilidad en identificar y responder a problemas antes de que sea demasiado tarde.

Mantén a los empleados centrados en su trabajo y con responsabilidades claramente asignadas

Es esencial mantener a los empleados centrados en su trabajo y con sus responsabilidades claramente asignadas.  Una ejecución fructífera depende en gran medida del rendimiento y la actitud de los empleados.  Las empresas que planifican adecuadamente asignan responsabilidades a cada empleado con el fin de establecer responsabilidades claramente.  Desafortunadamente, algunas veces los empleados pueden perder de vista de qué son responsables cuando llega el momento de actuar.

Este tipo de problema puede surgir por diversas razones: puede haber falta de comunicación interna con los empleados de parte de los propietarios o gerentes; es posible que los empleados no crean en la visión de la empresa; también es posible que los empleados no hayan adoptado una mentalidad de propiedad; incluso puede ser que existan problemas personales con algunos de los empleados.  A diferencia de las grandes empresas, que a veces pueden tolerar parte de sus empleados con bajo rendimiento sin la amenaza de consecuencias graves, las empresas más pequeñas no pueden permitirse tener ningún empleado de bajo rendimiento.

Se pueden evitar estos problemas reforzando constantemente las responsabilidades asignadas a cada empleado, y destacando su importancia y valor para la empresa.  Sin lugar a dudas, es esencial conectar los objetivos de la empresa con el trabajo y las responsabilidades que llevan a cabo los empleados.

Si el plan no va como previsto, permanece con calma

Encuentra forma de mantenerte con calma cuando el plan toma una forma no prevista.  Aún las empresas con planes estelares fracasan algunas veces en sus esfuerzos de ejecución cuando se desvían de su plan inicial.  En realidad, los planes no siempre se desarrollan de la manera que las empresas esperan.  Incluso con un plan con diversos escenarios, siempre habrá externalidades inesperadas negativas o positivas.

Al experimentar un impacto negativo o positivo, es imperativo que la empresa permanezca con calma y determine si un cambio de dirección es la acción más adecuada.

Desafortunadamente, hay empresas que cuando se encuentran en este tipo de situación recurren a comportamiento irracional, desviándose de su plan original.  La decisión más correcta suele ser mantenerse en curso, deliberadamente y con calma.