Latina Business Leader Spotlight: La Publicista Daisy Expósito-Ulla
Latina Business Leader Spotlight: La publicista Daisy Expósito-Ulla
Esta es la primera parte de un reportaje sobre Daisy Expósito-Ulla; leer la segunda parte
Por favor, Daisy, comparte tu historia personal con tus lectores…
Nací en el pequeño pueblo de Güines, cerca de la Habana, Cuba.
Mi padre, Alfonso Expósito Pernas, era un nacido en Cuba hijo de gallegos que abandonaron España en los años 20 para establecerse en Cuba y prosperar. En el caso de mi madre, Narcisa Crusat Garcés, había unas pequeñas diferencias: sus ancestros por parte de madre tenían unas raíces cubanas más ancladas, mientras que por parte de padre habían llegado a Cuba desde Cataluña, España.
Mi infancia, por tanto, se nutrió y enriqueció por el impulso instintivo y los principios del trabajo duro rural de los «gallegos», determinados a hacerse con el Nuevo Mundo; y, por la otra parte, de la influencia de los catalanes que se habían casado con hijos cubanos de familias que irónicamente lucharon contra ellos durante la Guerra de Independencia de Cuba.
Como tal, las interacciones durante mi niñez me habían anunciado y preparado inconscientemente para «el exilio» en el que me encontré en 1963 cuando dejé Cuba, tras la revolución liderada por Castro. Con mis padres y hermana mayor, Maritza, nos unimos por un periodo breve de tiempo a algunos de nuestros familiares que vivían en Galicia y después, tras un año en el pequeño pueblo de Ferreira, vinimos a América y nos asentamos en Nueva York, donde hemos vivido durante medio siglo.
Háblanos de tu adaptación a Nueva York
Tenía 10 años cuando llegamos.
Mis padres y el resto de la familia habían dejado atrás un nivel modesto de prosperidad ganada con mucho esfuerzo que tomaba la forma de tienda de variedades y joyería en el pueblo. La tienda era una versión pequeña de lo que hoy sería un Home Depot con una joyería añadida. Al irse, ni siquiera tuvieron tiempo para disfrutar del fruto de sus esfuerzos.
Exilio significa un nuevo idioma que aprender, a pesar de haber ido a la escuela americana de mi pueblo, Kate Plummer Bryan Memorial school. También significaba un nuevo país y cultura a los que adaptarse, nuevos amigos que hacer y esperanzas que alimentar para eliminar cualquier herida que nos hubiera dejado el pasado.
Mis padres eran fuertes y nos ayudaron a mi hermana y a mí para que no perdiéramos el ritmo.
El mantra de mi padre era corto y sencillo: trabajo duro y preparación. La ética de mi padre y mi madre era incambiable: sé honesto, amable y fiel a ti mismo. Todavía son las influencias morales que me mueven. Los veía trabajar duro y todavía me siento orgullosa de imitarles.
Daisy, por favor, cuéntanos los aspectos que modelaron tu carrera y aspiraciones empresariales.
No exagero cuando “culpo” principalmente a mi atracción temprana por la televisión.
Estaba enganchada a series cómicas como “I Love Lucy” y a los programas de entrevistas de la época. La pantalla de la televisión era, de hecho, como una clase adicional que me ayudaba a perfeccionar mi inglés… ¡al mismo tiempo que hacía los verdaderos deberes del cole! La televisión era como una ventana al mundo para mí.
Háblanos de tus comienzos en el mundo de la radiodifusión y publicidad
De algún modo, comencé a hacerme con boletos para ver algunos de esos programas en Manhattan y el proceso gravitacional comenzó por sí mismo.
Al mismo tiempo, mi tío Pepe, escultor y artista gráfico, tenía un pequeño estudio gráfico al que mi padre y yo nos unimos, y pronto aprendí algunos básicos sobre construcción del mensaje y publicidad. Fui al New York Institute of Technology, que era poco conocido por aquel entonces, y me gradué con honores en Comunicación.
Estaba ávida y hambrienta de conocimientos. Busqué algunos cursos especiales de radio, oportunidades prácticas en producción, conferencias sobre publicidad, conexiones y seminarios por todo Nueva York y, en algunos casos, en algunas zonas no totalmente recomendables para una mujer joven por la noche, especialmente en el Nueva York de entonces.
No encuentras el trabajo; el trabajo te encuentra a ti. Conseguí mi primera oportunidad con PBS, donde una productora latina, Raquel Ortiz, me trató con el cuidado y la responsabilidad de un mentor. La experiencia en PBS me ayudó tremendamente porque me abrió los ojos a la producción de cine y televisión, y a la experiencia latina en América.
Sin embargo, la publicidad se cruzaría pronto en mi camino señalando donde me llevaría el destino.
Un amigo cineasta, Orlando Jimenez-Leal, que ya estaba grabando algunos de los mejores anuncios para marcas que intentaban llegar a consumidores hispanos, me sugirió que contactase a una agencia de publicidad pionera, Conill Advertising. Propiedad de Alicia y Rafael Conill, tenían la fuerza de su pedigrí adquirido en La Habana y estaban introduciendo clientes importantes como McDonald’s al incipiente mercado hispano de EE. UU. en los años 70.
Me contrataron como productora y aprendí mucho de Alicia, que me enseñó lecciones clave sobre liderazgo al mismo tiempo que me permitió convertirme en redactora de contenidos. En efecto, en una publicitaria de pleno derecho.
Para el final de esa década, las estrellas se alinearon de forma única y una concurrencia de factores impulsó mi vida hacia una dirección diferente.
Conocí a Jorge Ulla, el hombre que se convertiría en mi compañero de vida y empresa, hice una pequeña maniobra, de nuevo, con PBS y, en un giro del destino, me ofrecieron un trabajo en una pequeña división que acababa de abrir del legendario gigante publicitario de Madison Avenue, Young & Rubicam.
Aquí es donde la mayoría de los escritores dirían “…y el resto es historia”. Tuve la suerte de presenciar el crecimiento de The Bravo Group de 6 empleados a cerca de 400 y de facturar 1 millón a facturar 500. Ayudamos a crear la base sobre la que Madison Avenue afrontó el creciente mercado hispano en EE. UU.
Marcamos la entrada de marcas gigantes como AT&T. Ayudamos a introducir categorías de productos, reforzamos los medios de difusión y gradualmente provocamos la explosión mediática que ahora se dirige a más de 60 millones de hispanos americanos.
En la segunda parte de esta serie, Daisy compartirá:
Cómo comenzó su negocio, gente que ha influido en su empresa, los desafíos del equilibrio entre vida y trabajo, y unos pequeños consejos para latinos que estén comenzando su negocio.
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