Unas Empresarias Latinas Horneando Generosidad
Los negocios son un asunto familiar para dos mujeres empresarias, las dueñas de Chantilly Patisserie en Bronxville.
Cuando estaban en la escuela secundaria, María y Mariana Delgado Gambini realizaron algunos servicios comunitarios como parte de su currículum escolar. Ahora, como empresarias, también intentan ayudar a la comunidad. Después de que el Huracán Sandy azotara Nueva York, el negocio de las Gambini, Chantilly Patisserie, comenzó a recoger alimentos. Una semana después del huracán, ya habían acumulado comida por un valor de 30.000 dólares. «Alquilamos dos camiones y los condujimos hasta Staten Island para entregar la comida», recuerda María. Fue genial. Sienta bien tener la habilidad y la clientela que te permita hacer este tipo de cosas.«Mucha gente duda a la hora de abrir un negocio debido al miedo a fracasar por no tener experiencia empresarial. Así que cuando se trate de hacer algo, hazlo directamente», recomienda.
Tener un negocio también requiere de constancia. Ella recomienda que no te desanimes. «Los empresarios tienen que seguir aprendiendo y creciendo su negocio», añade. Consejos a la hora de trabajar con la familia Dividir el flujo de trabajo puede ser un desafío cuando trabajas en familia, pero María dice que en general trabajar con la familia es algo bueno porque siempre puedes confiar en ellos. «Es difícil porque al tratarse de tu madre y tu hermana piensas que tienes que respetarlas. Pero, por otro lado, piensas «eh, un momento. Son mis socias así que también nos tenemos que respetar en ese sentido. A veces, las posturas pueden encontrarse y es una locura; pero, por otro lado, se trata de tu familia y estáis ahí los unos para los otros. No me gustaría tener negocios con nadie que no fueran estas dos mujeres porque son fantásticas». Cada miembro de la familia tiene distintas responsabilidades, lo que ayuda a minimizar conflictos. María recuerda que cuando Chantilly abrió por primera vez, su trabajo era ser la artista pastelera, algo que realmente no sabía cómo hacer. Pero se le dieron los materiales y confió en aprender a decorar pasteles. Tenía que hacerlo. El «no» no era opción. «Nosotras no utilizamos esa palabra. No forma parte de nuestro vocabulario». Marianna es la chef. Ahora María es pastelera y decoradora. También se encarga de la publicidad. Mirta se encarga de la tienda.También fue la diseñadora y decoradora de la tienda. En el mismo espacio hubo una tienda de reparación de TV así que todo tuvo que rehacerse antes de poder abrir la pastelería. Fue en aquel momento cuando Luis se involucró para ayudar a su mujer y a sus hijas con algunas tareas de construcción. La única cosa que mantuvimos de la tienda fue el techo, explica María.